Día Internacional de la Educación 2025: Impulsando el turismo con agentes de cambio
- Iván Ruiz
- 24 ene
- 3 Min. de lectura
El Día Internacional de la Educación, que celebramos cada 24 de enero, nos brinda una oportunidad invaluable para reflexionar sobre el papel fundamental de la educación en todos los sectores, incluido el turismo.

En el año 2025, esta fecha adquiere una relevancia aún mayor, pues nos permite destacar cómo la formación continua y las nuevas metodologías de aprendizaje pueden ser el motor de cambio y crecimiento en la industria turística. La Organización Mundial del Turismo (OMT) enfatiza que el sector turístico debe formar a los futuros profesionales como agentes de cambio, asegurando la sostenibilidad e integración en los proyectos educativos.
Los profesionales del turismo debemos reconocer que la educación no es un fin, sino un medio para lograr un turismo más responsable, innovador y competitivo. La formación adecuada es crucial para mejorar la calidad, sostenibilidad y competitividad del sector. Es esencial que los trabajadores del turismo, tanto los futuros como los actuales, se actualicen constantemente, se especialicen y adquieran nuevas habilidades para alcanzar mejores resultados profesionales.

En un mundo en constante evolución, las tendencias del sector turístico exigen nuevas competencias. La digitalización se ha convertido en una habilidad indispensable, junto con el pensamiento crítico, la curiosidad y la voluntad de aprender de manera continua. La capacidad de desaprender lo que se vuelve obsoleto y adquirir nuevos conocimientos es igualmente importante. La innovación disruptiva, la agilidad organizacional, la toma de decisiones y el trabajo en equipo son habilidades que se deben cultivar.
La educación en turismo no debe limitarse a la teoría, sino que debe complementarse con la práctica. La formación teórica sienta las bases del conocimiento, pero la experiencia práctica brinda la oportunidad de aplicar ese conocimiento en situaciones reales. El aprendizaje experiencial, también conocido como «Learning by Doing», es clave para desarrollar habilidades en un contexto real. Como lo afirma el investigador Robert Schank, el aprendizaje ocurre cuando alguien quiere aprender, no cuando alguien quiere enseñar.
El turismo sostenible es otro pilar fundamental de la educación en turismo. Los futuros profesionales deben ser capaces de gestionar la actividad turística con responsabilidad ambiental, social, cultural y económica. La integración de saberes multidisciplinarios permite a los estudiantes abordar los desafíos que plantean los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para el turismo mundial.

La educación popular también juega un papel importante en la formación de los profesionales del turismo. Educadores y estudiantes aprenden a la par, donde los estudiantes aportan su conocimiento del lugar, historia y cotidianidad. Los estudiantes deben involucrarse de forma crítica y reflexiva, analizando, incorporando y generando conocimiento a través del aprendizaje vivencial.
En el 2025, es fundamental que la educación en turismo se centre en la personalización del servicio. Los turistas buscan experiencias únicas y auténticas, que les permitan conectar con la cultura e identidad local. Los profesionales del turismo deben ser capaces de crear vivencias memorables que enriquezcan tanto a los visitantes como a las comunidades anfitrionas.

En resumen, la educación de los futuros profesionales del turismo debe ser integral, combinando teoría y práctica, y enfocándose en el desarrollo de habilidades que permitan transformar el sector hacia un modelo más sostenible, innovador y justo. Los profesionales del turismo deben ser capaces de generar un impacto positivo en las comunidades y en el medio ambiente, creando experiencias significativas para los visitantes y mejorando la calidad de vida de los residentes. La educación es la herramienta clave para construir un futuro del turismo más prometedor.
¡Agradezco a Ian por invitarme a escribir en este espacio!
Nos leemos pronto.
Iván Ruiz Vargas
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