“En tiempos de crisis, mientras algunas personas lloran, otras venden pañuelos”. Anónimo
Inicia el 2023, y los años pasados han sido de tribulaciones para la industria turística mundial, el mundo ha atravesado por pandemias, guerras, inflación, cambio climático y muchos otros retos que nos ha cuestionado si el turismo crecerá o sufrirá un estancamiento económico.
Además parece ser que el neosocialismo del Foro de Sau Paulo, que se había estado apoderando de los gobiernos latinoamericanos han retrocedido con la aprehensión de Cristina Fernández de Kirchner en Argentina y Pedro Castillo en Perú, lo que da buenas perspectivas de crecimiento en Latam, dando seguridad inversiones a empresas, y que seguro seguirá dando ecos en otros países de la región.
En México a pesar de los errores de infraestructura aeronáutica de la Megalópolis, el turismo sigue creciendo a pesar de las políticas desatinadas del gobierno en curso. Se prevé que México se siga apuntalando como líder indiscutible de América Latina.
Lo cierto es que después de cada gran crisis, lo normal es que exista un crecimiento económico, como ocurrió después del crac del 29, en donde lo que vino después de la gran depresión, pero superada esa etapa, fue una época de crecimiento, mientras algunos tiraron la toalla otros compraron esas empresas en bancarrota para hacerlas crecer. Algo similar pasó con el “Efecto Tequila” en 1994 en donde gran parte de la fortuna del empresario Carlos Slim fue por apostarle a comprar empresas quebradas que a través de una gran dirección estratégica, que pudo regresar a estas empresas a números negros, para posteriormente amasar grandes fortunas a través de estos activos.
Según un artículo que leí en el periódico “El Tiempo”, el sociólogo, médico y profesor de Ciencias Sociales y Naturales de la Universidad de Yale, Nicholas Christakis, y considerado por la revista Time como una de las 100 personas más influyentes del mundo y por la revista Foreign Policy como uno de los 100 mejores pensadores globales comenta lo siguiente: "La gente gastará el dinero que no había podido gastar. Después de la pandemia puede venir una época de desenfreno sexual y derroche económico. Si miras lo que ha pasado en los últimos 2.000 años, cuando las pandemias terminan hay una fiesta. Es probable que veamos algo similar en el siglo XXI".
Por lo que es posible que algo así ocurra en esta década, el pasado “Buen Fin” fui a un centro comercial de outlets y eran ríos de gente, pudimos ver este año conciertos llenos, restaurantes sin espacio a reservaciones, aeropuertos a full y muchos otros fenómenos que nos hacen ver esta recuperación económica.
Por otro lado confío que la inflación de estabilizará, ya que esta es resultado de que las empresas buscan estabilizarse después de 2 años de pérdidas, habrá nuevas empresas que se abrirán estacio y compañías tecnológicas de alta escalabilidad liderarán los sectores que las antiguas organizaciones no logren cubrir por la incapacidad de entender a este nuevo mundo post-pandemia.
Una gran preocupante será el poder llenar las vacantes laborales de personas que trabajaban en el turismo, muchos camaristas, meseros, bellboys, etc, que fueron despedidos durante la pandemia, y ahora ya se han empleado en negocios informales propios o buscaron otras opciones. Para que se den una idea una camarista de hotel gana aproximadamente 5 mil pesos al mes más propinas, en donde tiene que limpiar más de 20 cuartos diarios, cumplir con jornadas que no respetan Navidades, ni domingos, estos fueron los puestos de empleos que más fueron recortados durante la pandemia, hoy estas personas ya trabajan en casas particulares, donde por limpiar un sólo departamento puede costa de $350 a $500 pesos diarios, lo que implica un ingreso mensual de hasta 12 mil pesos. Aunado al hecho de que estas plazas son cubiertas por personas de 40 a 60 años que tienen otros valores, las nuevas generaciones difícilmente realizarán estos trabajos, además la revolución de las expectativas creadas por las redes sociales en donde muchos jóvenes buscan trabajos digitales, han hecho que las labores que necesitan fuerza física queden desiertos en el nuevo entorno mundial globalizado.
Las empresas eventualmente tendrán que ajustar sus sueldos para garantizar mejores condiciones de vida a los puestos más bajos de las organizaciones hoteleras y turísticas, debido a la poca oferta y mucha demanda, porque estos empleados son regularme los que viven fuera de las ciudades y además de ganar poco se enfrentan a condiciones de viajar durante horas en el transporte público con índices de alta delicuencia, lejos de los centros de trabajo que se encuentran en las zonas cosmopolitas de la ciudad.
Así es como este 2023 está lleno de retos, por un lado hay una gran esperanza en el crecimiento de los negocios relacionados por el mundo de los viajes, por otro lado una oferta de puestos empleos menguada por los efectos post-covid y del mundo que tiene hacia las tendencias de la globalización. Así que queridos lectores, tendremos que realizar grandes esfuerzos para lograr participaciones en este mercado competido, esperanza hay, ahora se necesita de inversión, innovación y desarrollo para lograr capitalizar estas oportunidades y convertir estas condiciones en opciones de negocios que permitan llevar prosperidad al país.
¡Feliz año 2023!
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